Símbolo máximo de la cultura portuguesa y apreciada mundialmente, el arte de la acera portuguesa constituye una de las mayores atracciones de Lisboa. La tapicería citadina en negro y blanco embellece la ciudad con diferentes patrones que retratan, principalmente, la epopeya de los descubrimientos.
Los pavimentos adoquinados surgieron en el siglo XV, aunque fue durante la primera mitad del siglo XIX que la fisionomía de Lisboa conoció el inicio de una transformación tan profunda que la ciudad no volvería a ser la misma. Fue también a partir de esta altura que fueron producidas auténticas obras primas en las zonas peatonales de los territorios de ultramar de influencia portuguesa, tales como Macao, Brasil, Cabo Verde, Angola, Mozambique, India o Timor.
Sin lugar a dudas, el contraste de la blancura de la caliza con la tracería en negro dibujada por el basalto o la caliza del mismo color ennobleció el espacio público urbano respondiendo a un ideal de modernización de las ciudades.
La piedra partida con las dimensiones adecuadas era obtenida gracias al trabajo de los empedradores que, en estos empedrados de mosaico, creaban composiciones abstractas, de grafismo geométrico o aún figurativas. Era la imaginación de estos artistas el único límite.
Existen, en esta manifestación artística, secretos escondidos que sorprenden a cada paso. Follajes, barcos, rostros, animales, seres mitológicos y frutos son algunos de los motivos utilizados por los empedradores de forma disimulada entre los patrones impuestos que se repiten, de modo a firmar su obra.
De los primeros artesanos a los artistas plásticos contemporáneos, las obras en acera mosaico que se destacan en territorio portugués son las de Eduardo Nery, Fernanda Fragateiro, Fernando Conduto, João Abel Manta, Maria Keil, Pedro Calapez, Pedro Proença, Porfírio Pardal Monteiro, Rigo, Xana y aún Vhils, quien encontró en esta tradición una forma de homenajear a la fadista Amália Rodrigues.
El primer tapiz decorativo creado, que exhibía un vibrante zigzag en el Castillo de São Jorge, bajó por la colina para instalarse en Rossio, donde aún hoy puede ser apreciado el “Mar Ancho”, una secuencia alternada de ondas blancas y negras como forma de homenaje a los descubrimientos portugueses.
Durante los años posteriores, las zonas más nobles de la ciudad fueron igualmente empedradas con magníficos motivos decorativos. De la Avenida da Liberdade a Cais do Sodré, del Largo do Carmo al Chiado, de la Praça de Camões al Príncipe Real, de la Praça do Município a la Praça do Comércio, del barrio Estrela al paseo marítimo de Belém, la ciudad fue cubriéndose de imaginativos tapices, siendo que algunos de los primeros ejemplares mantienen los patrones originales, pudiendo ser apreciados hasta el día de hoy.
A finales de siglo, la Expo 98 crearía las condiciones ideales para que una nueva generación de artistas repensara la acera portuguesa con nuevas plasticidades. En la zona oriental de la ciudad se encuentran algunas de las obras más extraordinarias, en las cuales la creatividad y la tradición se unen en imágenes de monstruos y motivos marinos.
Es esta versatilidad de la acera artística portuguesa que, reinventándose, sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para tantos otros campos de la creatividad artística y que trasciende el suelo que pisamos.
- Artista plástico, principalmente pintor, trabajó mucho el azulejo, la tapicería y el vitral, pero también la tan típica acera portuguesa. Es a él a quien se deben dos de los más significativos empedrados de la ciudad de Lisboa, en la Praça do Município y en la Rua da Mouraria/Rua do Arco do Marquês do Alegrete, pero también en la Rua Brito Aranha (edificio del banco Caixa Geral de Depósitos) en complemento con el mosaico del interior de la bóveda del arco de triunfo que allí se encuentra.
Artista plástica autora de una obra muy diversificada, de la escultura a la instalación, de la ilustración al paisajismo, asumió, desde muy temprano, una preocupación en intervenir en lugares públicos. Para el Jardín de Ulises, en el marco de la Expo 98, concibió el diseño de una malla de punto en adoquines blancos que se destaca de la acera oscura, la cual intituló “Penélope”, una referencia a la larga e interminable tapicería de la mitológica mujer de Ulises.
Artista plástico de reconocido mérito, tanto en la pintura como en la escultura, en el grabado y en el diseño, se destacó en la medallística contemporánea. Impartió clases en la Sociedad Cooperativa de los Grabadores Portugueses, en la Escuela de Artes Decorativas António Arroio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Técnica de Lisboa y en la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Lusíada de Lisboa. También fue cofundador del Curso de Formación Artística de la Sociedad Nacional de Bellas Artes. Con ocasión de la Expo 98, en Rossio dos Olivais, reinterpretó y recreó, en nuevas sinuosidades contemporáneas, el tradicional «Mar Ancho» del Rossio pombalino, el cual constituye una de las imágenes visuales más notables de dicho territorio.
Arquitecto de formación, fue como artista plástico, específicamente como pintor, ilustrador e historietista que se hizo más conocido. En el marco del arte pública, además del gran panel de azulejos de la Avenida de Calouste Gulbenkian (concebido en 1970 e instalado en 1982), se destaca el empedrado de la Praça dos Restauradores (1971).
Artista plástica perteneciente a la segunda generación de pintores modernistas portugueses, su vasta obra abarcó la pintura, el diseño, la ilustración, el diseño gráfico y de mobiliario, la tapicería, entre otras. Se distinguió en la renovación del azulejo en Portugal, siendo de su autoría la mayor parte de las estaciones de metro más antiguas. Fue uno de los artistas invitados para la creación de nuevos diseños de acera artística. Obra suya será, igualmente, la renovación con sirenas y carabelas (1947) de la Praça Luís de Camões, y el revestimiento parietal de la gran nave de la Cervejaria Trindade (1959).
Se afirmó como pintor durante la primera mitad de la década de 1980, integrado en el contexto de eclosión del Posmodernismo, habiendo desarrollado, paralelamente, una carrera académica tanto en calidad de profesor como de responsable por los departamentos de diseño y pintura en la escuela de arte Ar.Co (1986-1998). Internacionalmente reconocido, participó en las Bienales de Venecia (1986) y San Pablo (1987 y 1991). Es autor de la composición abstracta concebida en acera artística portuguesa para Alameda dos Oceanos, puntualmente alrededor de la torre de la refinería, en la cual blancos esquemas gráficos rayan el fondo negro en una gran afinidad a su universo pictórico. Convertida en mirador, en la altura de la Expo 98, por los arquitectos Manuel Graça Dias y Egas José Vieira, sólo de la cima de la torre se capta la lectura conjunta del inmenso empedrado que podrá ser interpretado como la posible cartografía de la ciudad.
Pintor de profesión y uno de los fundadores del grupo "Homeostéticos", este artista plástico privilegió, desde muy temprano, un estilo anclado en una mirada contemporánea de los grotescos clásicos que reinterpreta. El aspecto gráfico de las imágenes y alegorías de su universo artístico encuentra eco en la elección de los «Monstruos Marinos», composiciones figurativas que recrean el imaginario que poblaba los cartularios náuticos, las cuales creó, en la altura de la Expo 98, para el empedrado en acera a la portuguesa de Cais dos Argonautas.
Uno de los más importantes arquitectos portugueses de la primera mitad del siglo XX, en el viraje modernista de la arquitectura nacional, y profesor universitario en el Instituto Superior Técnico. Concibió algunos de los edificios más emblemáticos de Lisboa, tales como la Estación Ferroviaria de Cais do Sodré (1926), la residencia en la Avenida 5 de Outubro, nº 207-215, (1926 - Premio Valmor 1929), el Campus universitario y edificios del Instituto Superior Técnico (1927) y el Instituto Nacional de Estadística (1931), ambos con amplios empedrados de acera portuguesa de su autoría, la Iglesia de Nossa Senhora de Fátima (1938 – Premio Valmor de aquel año), las estaciones marítimas de Alcântara y de Rocha do Conde de Óbidos (1934), o el Hotel Ritz, actual Four Seasons (1954).
Nombre artístico de Ricardo Gouveia, este artista plástico oriundo de la isla de Madeira, establecido desde 1985 en San Francisco, EEUU., privilegia en su trabajo el arte pública, sobre todo murales en contexto urbano, con un fuerte mensaje político. En la altura de la Expo 98 creó, para la Alameda dos Océanos, el camino del agua en acera portuguesa, obra de gran inclinación gráfica donde símbolos y motivos marinos dialogan con signos caligráficos.
Nombre artístico de Alexandre Farto. Artista plástico que se destaca en el arte urbana de los graffiti, sobre todo con sus obras murales esgrafiadas, con trabajos un poco por todo el mundo. En 2015, a partir de la imagen icónica de Amália Rodrigues y de una propuesta del realizador de cine luso-francés Ruben Alves, Vhils concibió su primer trabajo en acera artística portuguesa, forma pionera de arte urbana nacional, el cual se yergue del suelo y se difumina hacia el muro vecino.
Alexandre Barata, alias Xana, es artista plástico y fue uno de los fundadores del grupo "Homeostéticos". La diversidad de su obra abarca tanto la pintura como la escultura, la escenografía o performance y la instalación, entre otras, en un registro de fuerte impacto cromático y visual que privilegia la tridimensionalidad y la contaminación entre las artes y donde sobresale el carácter lúdico y humorístico. En Lagos, donde vive desde 1984, dirige la programación del Centro Cultural local. En el marco de la Expo 98 creó, para el Cais Portugués, un empedrado mixto donde, entre los adoquines de granito de la acera se descubren figuras abstractas concebidas a partir de las plantas y alzados del Pabellón del Conocimiento, las cuales parecen reinventar, en acera portuguesa, los juegos de empedrado del imaginario infantojuvenil.