Lisbon Story

Ruta del Tajo

Del Tajo se partió un día hacia el mar a camino del mundo. Hoy arriban al Puerto de Lisboa naves provenientes de todas partes.

Acerca de esta ruta

Paisajes del tajo

Del Tajo se partió un día hacia el mar a camino del mundo. Hoy arriban al Puerto de Lisboa naves provenientes de todas partes. Desde siempre, el lecho de este río ha tenido un papel fundamental en la economía local y nacional.


En sus aguas límpidas eran frecuentes los baños y la presencia de las lavanderas. Entre sus corrientes vivieron pescadores, fueron acogidos agricultores, partieron descubridores y viajaron barcos producidos en los astilleros nacionales.


Transformando la vida de las poblaciones que besan sus orillas, la dinámica fluvial ha sostenido, desde siempre, la dimensión cultural, simbólica, espiritual y afectiva de un pueblo. 


Desde tiempos históricos, sus pescadores avieiros van resistiendo a la destrucción de la riqueza pesquera. Sus molinos, tales como los molinos de marea o los molinos de viento de Alburrica preservan la memoria de la intensa y larga relación entre la actividad agrícola y el río. Actualmente, en la extinta Companhia Portuguesa de Pesca se levanta el Museo Naval de Almada en un himno a la antigua construcción naval que otrora llevó los astilleros de Lisboa a ser considerados los mejores del mundo. Y algunos de los ejemplares arquitectónicos más impresionantes de la Historia de Portugal reposan eternamente en sus márgenes, como la Torre de Belém, el Monumento a los Descubrimientos y el Monasterio de los Jerónimos.


Rio hecho de simbiosis de pasado y futuro, cede su bonito y sereno paseo ribereño para el disfrute de vistas deslumbrantes desde edificaciones contemporáneas como el Museo del Neo-Realismo o la Fábrica de las Palabras, a la Casa da Cerca, la Terminal de Cruceros o el Taller de Artes Manuel Cargaleiro, proyecto arquitectónico firmado por Siza Vieira, pero también desde tesoros antiguos con vistas particularmente privilegiadas, como el Castillo de San Jorge, del Arco de la Rua Augusta, de la Ribeira das Naus y del Cristo Rei.


Hoy poco resta de sus frenéticas actividades. Sin embargo, las márgenes del Tajo, en las que nacieron ciudades, leyendas, poetas y caminos hacia un nuevo mundo, ganan un nuevo significado en cuanto espacio de convivencia y ocio.

Patrimonio Natural del Estuario del Tajo

El Tajo es uno de los ríos más extensos de la Península Ibérica y el mayor en territorio portugués, con un curso total de cerca de 1100 quilómetros. Siendo su origen en España, en territorio nacional su lecho baña poblaciones como Abrantes, Constância, Santarém, Vila Franca de Xira y Lisboa, la última ciudad que se rinde a este río antes de desembocar en el Atlántico.


Su estuario, con cerca de 15.000 hectáreas, es un área protegida en reserva natural y un lugar privilegiado para la observación de peces, moluscos, crustáceos y más de 120.000 aves acuáticas de alrededor de 200 especies, tales como garzas rojizas, flamencos y patos, las cuales allí se detienen en la altura de la migración entre el norte de Europa y África.


Aquí se integran zonas húmedas, lodazales, marismas, terrenos agrícolas, arenas, carrizales, salinas e islotes que ofrecen refugio a una riquísima fauna, como Mouchão de Alhandra, el Sítio das Hortas, la Ribeira das Enguias, las Salinas de Alverca y de Forte da Casa, las Salinas del Samouco, los humedales de Ponta da Erva, la planicie inundable de Loures, la cuenca Mar da Palha o el Parque Tejo. El pueblo de Alcochete es el lugar de referencia de este espacio protegido.


A orillas de la Reserva Natural del Estuario del Tajo se levantan varios espacios dedicados a la visita y observación de aves, así como centros de interpretación ambiental, los cuales ofrecen exposiciones, workshops, recorridos pedestres, observatorios, hides y otros puntos de observación. Una visita a EVOA en Vila Franca de Xira o al Sítio das Marinhas en Moita, sobre todo durante el otoño y el invierno, permite la observación de una gran cantidad de aves en la zona ribereña, muchas de ellas protegidas por directrices europeas.

La cualificación ambiental ha sido el objetivo central del proyecto de valorización y preservación de las orillas del Tajo, y estas áreas constituyen un excelente hábitat para la avifauna acuática del estuario que allí encuentra refugio, alimentación y lugar para la reproducción y nidificación. 

Pero, hoy en día, la valorización del río y el regreso a su caudal se compone también de programas recreativos. En el municipio de Seixal, Ponta dos Corvos es la primera playa fluvial clasificada como estuario del Tajo y lugar privilegiado para la práctica de windsurf y kitesurf. En Moita, se parte en el varino “O Boa Viagem”, antigua embarcación típica del Tajo, hacia paseos que recrean tiempos ya pasados y jamás olvidados. Y del Tajo y a través del Tajo salen regatas, se practica vela y piragüismo, se navega en embarcaciones tradicionales por las aguas que, alguna vez, vieron partir las naves y las carabelas de las aventuras marítimas portuguesas.

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