En 1952, Almada Negreiros fue invitado a realizar varios paneles cerámicos para una vivienda de la calle de Alcolena, n.º 28, situada en la cuesta de Ajuda, propiedad de confesos admiradores suyos. En retribución por la admiración que le dedicaban, el artista realizó composiciones que destacan por el exigente nivel técnico y una gran belleza, que refleja la estética de los años 10 y 20.
En las Puertas de Santo Antão, en la baixa lisboeta, surgió, en 1918, el Bristol Club, lugar que pronto se convirtió en uno de los principales puntos de atracción de la elite intelectual. Algunos años después, entre 1925 y 1926, su propietario y gran mecenas, Mário Ribeiro, quiso proceder a una gran renovación, que le dio un cuño modernista. Para ello, invitó, entre otros artistas, a Almada Negreiros, que firmó para Bristol un magnífico óleo representado en el desnudo de una mujer cosmopolita de la posguerra. El club cerró en 1927.
Antigua residencia de los condes de Ericeira, en este palacio renacentista se instalaría, más tarde, el Hospital de S. Luiz dos Franceses, donde Almada Negreiros falleció, el 15 de junio de 1970, irónicamente en el mismo cuarto en el que el poeta y su grande amigo Fernando Pessoa murió, muchos años antes, el 30 de noviembre de 1935. Uno de los grandes esquinales de piedra de este edificio, revestido con anchas bolas de cantería, proviene del nombre por el que se conoce. Se dice que, originalmente, todas las bolas estaban revestidas de oro.
Durante años, Almada Negreiros tuvo dos domicilios. Esta, en el corazón de Lisboa, y una quinta en Bicesse, en la línea de Cascais. Su mujer, Sarah Afonso, prefería la calma de la quinta, pero Almada no podía pasar mucho tiempo lejos del ambiente de la ciudad, de sus cafés y tertulias. Este edificio, de la segunda mitad del siglo XVIII y clasificado por el Ayuntamiento de Lisboa como edificio de interés público, constituyó entonces su núcleo urbano, lugar de paso, pero de eterno retorno.
Uno de los lugares más frecuentados por Almada Negreiros en Lisboa, hasta 1971 mantuvo en la decoración de su interior dos óleos sobre tela del maestro. El primero se refería a las tertulias que tenían lugar allí, que reunían a artistas e intelectuales, en las que participó numerosas veces. Con el título «Autorretrato en grupo», esa obra data de 1925 y representa al artista entre amigos. El otro óleo, del mismo año, se titula «Las bañistas». Ya no se pueden apreciar esas obras en el establecimiento, pero la memoria del maestro se mantiene para siempre asociada a esta icónica pastelería de Chiado.
Horario: Todos los días de 8.00 a 2.00.
Precio: 50€ (dos personas)