Ruta Lisboa Africana
La comida – simple y culturalmente sustanciosa – es preparada como un ritual y servida como parte de una herencia.
Ruta gastronómica de una Lisboa africana
Las grandes navegaciones incidieron en el menú de la humanidad generando una globalización gastronómica. Territorio vastísimo, África posee una variedad culinaria de dimensiones continentales con profundas influencias de la presencia portuguesa, de los ingredientes indígenas y de su paisaje montañoso y floresta tropical.
Manjares con nombres y sabores que han llegado de lejos, sazonados con especias de ultramar. Es la voz de la gastronomía africana: un marco de cultura, símbolo de identidad y medio de comunicación africana dentro de la Lisboa que la abraza.
Por toda la ciudad, diferentes comunidades ofrecen platos tradicionales en un ambiente cálido y auténtico. Así que entramos en estas casas, percibimos un gesto afable, acogedor y gentil que nos envuelve. Desde los productos hasta la forma de cocinar, es la genuina cocina de África que se sirve.
Encuentre los más exquisitos manjares de Mozambique en Zambeze, en Espelho d’Água y en Ibo, donde podrá deleitarse con las samosas y con los camarones o cangrejo al curry. Abra las puertas hacia Cabo Verde en la Associação Caboverdeana o en la Casa da Morna & Semba y déjese llevar por la cachupa, por el pollo con cacahuete, el pastel de atún y el ponche casero. Pruebe la etnicidad de Angola en la Casa de Angola, espacio gastronómico y cultural que sirve la mejor muamba de la ciudad así como otros platos tan típicos como el funge y el calulu. Entréguese a la música en vivo y también al baile que mece las comidas en muchos de estos espacios.
De la Mouraria a Alfama, del Poço dos Negros a Cais do Sodré y de Alcântara a Belém, este es un viaje que se hace a través de la boca, a través de aromas intensos, técnicas ancestrales y sabores exóticos.
La comida – simple, reconfortante y culturalmente sustanciosa – es preparada como un ritual y servida como parte de una herencia, como quien cuenta una historia. En las mesas, abundantes y dadas a la convivencia, aquello que se come y comparte son secretos y tradiciones. Es gastronomía inesperada y emocionante. Es de la riqueza de un continente que se habla.